La lengua: nuestra riqueza
“Cuando fui elegido parlamentario vasco por la lista de PSE, en el año 2009, en la primera sesión había que votar la presidencia del Parlamento. Por acuerdo entre el PSE y el PP, la presidencia le tocaba a Arantza Quiroga, del PP. La verdad, no me hacía mucha ilusión tener que votar a una persona del PP y además del Opus Dei. Radio Euskadi tuvo la idea de hacer un programa en directo desde la sede del Parlamento, justo antes de comenzar la sesión. Invitaron a cuatro personas, entre ellas, dos nuevos parlamentarios (un joven del PP y yo) y otros dos que dejaban de serlo: Rubalkaba (del PNV) y Larreina (de EA, escisión del PNV que ahora ha terminado en Bildu).
Rubalkaba, con su apellido euskaldunizado con la “k”, con gran indignación, nos echó un sermón al del PP y a mí por votar como presidenta a una persona que no supiera euskara. Ahí se ve todo lo que amáis al euskara vosotros. Os da igual que la presidenta del parlamento vasco no sepa euskara. El joven del PP comenzó inseguro a defenderse diciendo: Es verdad que no sé euskara, pero mi hija va a una ikastola y yo intento aprenderlo. De los cuatro que estábamos en el programa, yo era el único euskaldún y le dije: Oye, Rubalkaba, yo hablo euskara, que yo sepa tú no lo hablas, ¿no? Y se armó la marimorena. Después de aquello, fui a la sesión más convencido de que tenía que votar a la persona que habían pactado el PSE y el PP.
Esto de que una persona que desconoce el euskara defienda que el euskara es parte sustancial de su identidad es un poco raro."
