Nos han derrotado pero no nos han vencido
Un país unidimensional
Las derrotas tienen un significado muy particular para el nacionalista, porque entrañan un valor moral.
Nunca tenemos responsabilidad en la derrota, no ha sido culpa nuestra, la culpa fue de otros. La derrota es fundamentalmente una injusticia histórica.
Por eso los nacionalistas recuerdan y rememoran tanto las derrotas; hicimos lo que había que hacer, perdimos de forma injusta. Nuestros héroes son los derrotados, pero jamás los vencidos. Ser vencido tiene también un valor moral: me pueden ganar, pero nunca me vencerán, porque yo nunca traiciono a mi pueblo. Ser vencido supondría, pues, ser un traidor. Nos pueden derrotar, pero jamás renunciamos a la defensa de nuestro país.
“Nos han derrotado, pero no nos han vencido” exclamará el lehendakari Aguirre en su marcha al exilio.